lunes, 30 de mayo de 2011

Resumen

Hoy en día, por lo general, nos toca vivir en una estructura de escuela heredada del siglo XIX. Los educadores, también por norma general, estamos ubicados en estructuras docentes del siglo XX. Y con todo esto a veces no nos damos cuenta de que debemos educar y formar a alumnos del siglo XXI. Con este preámbulo, es muy fácil llegar a la conclusión de que un docente de hoy en día no sólo debe estar al día, sino que debe ser consecuente con el futuro inmediato de sus educandos y estar en el día, o sea, deberá prepararse y adelantarse a lo que los alumnos vayan a necesitar en su futuro profesional y personal.
Ser educador en la actualidad abarca estar innovando, rectificando, cambiando y transformándose cada día; de allí la necesidad de que el Educador efectivo realice sus planificaciones de forma estratégica. Esto implica registrar los datos del contexto y volver a él para dar una respuesta lo más ajustada posible a sus necesidades.
Lo cual le va a permite al Educador partir de un diagnóstico real, y a su vez crear y participar en situaciones existentes, en donde los saberes pueden ser sentidos concretamente y que éstos no sean abstractos, sino que sean partes vivenciales de nuestros estudiantes. Es decir donde ellos puedan actuar y construir a la solución de la problemática existente y puedan de esta forma modificar las situaciones vivenciales.

La Vinculación indisoluble que existe entre la ética, los valores y la educación y los retos que impone al

educador la sociedad global. “La Ética de la Educación en el Marco de una Sociedad Global” el educador

cuando enseña, es ético o no es educación
La educación para una nueva ciudadanía se requiere “porque hay comportamientos en la calle muy

particulares y nuevos que impone a los demás otras conductas”

Los condicionamientos que imponen las nuevas tecnologías constituye un reto educativo, tanto

individual como del estado. En ese sentido se entiende, que los docentes, no deben esperar  la solución

a los desafíos de su profesión, sólo les llegue de fuera o de cualquier instancia oficial.
Hay que apelar a la ética y valores profesionales del educador, para que esta rinda una labor eficiente.

Se debe buscar un nuevo rostro para el educador, que este en consonancia con las nuevas realidades y

retos que imponen un entorno cada vez más global.